Nuestra Historia
En 2011, nuestra iglesia comenzó con un grupo de 30 hermanos y hermanas que decidieron formar una nueva congregación. La idea surgio durante un almuerzo en una clase de Mateo en la iglesia de Takoma Park Spanish. Sintieron que era el momento adecuado para abrir un nuevo capítulo espiritual. Entre los fundadores El hermano Pepe Dávila fue uno de los principales fundadores de la iglesia junto con Manuel Lainez y Juan Benítez, entre otros. Durante ese período, el pastor José Barritos Sr. desempeñó un papel importante en el lanzamiento de la iglesia.
Con un grupo de 30 personas, la nueva iglesia abrió sus puertas en el corazón de Hillanandle Silver Spring, Maryland. A lo largo del tiempo, experimentó un crecimiento notable y en 2014 fue oficialmente reconocida como una iglesia establecida por la conferencia de Potomac. La mano de Dios ha sido evidente en Agape SDA, dotándola de dones y talentos que la han llevado a crecer hasta contar con 200 miembros.

Los Lideres de Nuestra Iglesia
Pastor Elvio Soto
Ancianos: Manuel Lainez, Juan Benitez, Eliel Ramirez, Oscar Lemus
Secretaria de Iglesia: Zonia Ramirez
Tesorero de la Iglesia: Juan Benitez
Director de Diácono: Antonio Argueta
Directora de Diaconisa: Rosa Matamoros
Director de Escuela Sabbatica: Saul Gracia
Directora de Dept de Niño: Blanca Narvaez
Director de Jovenes: Adan Ochoa
Director de Club de conquistadores y Aventurero: Ulises Ochoa
Director de Sonido y Multimedia: Asuncion Benitez
Directora de Damas: Celsa Solis
Director de Transporte: Henry Gracia
Directora de Docras: Sandra Gramajo
Directora de Cocina: Milagro Cruz
Sobre La Iglesia Adventista
La Iglesia Adventista del Séptimo Día es una iglesia protestante convencional con aproximadamente 21 millones de miembros en todo el mundo, incluyendo más de un millón de miembros en América del Norte. La Iglesia Adventista del Séptimo Día busca mejorar la calidad de vida de la gente en todas partes y hacer saber a la gente que Jesús vendrá pronto.
Los adventistas creen que una Trinidad de tres personas, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, forman un solo Dios. Hicieron posible la salvación cuando Jesús, el Hijo, vino a la tierra como un bebé en Belén y vivió una vida sin pecado de acuerdo con la voluntad del Padre. Cuando Jesús fue crucificado por los pecados de la gente del mundo y se levantó de entre los muertos al tercer día, se ganó la victoria para todos.
Cuando regresó al cielo después de la resurrección, Jesús dejó el Espíritu Santo para servir como nuestro Consolador y Consejero. Prometió volver a la tierra por segunda vez para completar su plan de salvación y llevar a su pueblo al cielo. Los adventistas están entre los creyentes que esperan ese día.
Los adventistas creen que Dios se preocupa por la calidad de la vida humana, y que todo -la forma en que vivimos, comemos, hablamos, pensamos, nos tratamos unos a otros y nos preocupamos por el mundo que nos rodea- es parte de su plan. Nuestras familias, nuestros hijos, nuestros trabajos, nuestros talentos, nuestro dinero y nuestro tiempo son todos importantes para Él.